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Fronteras entre TEA y TEL

Dra. Verónica Maggio

Por definición, los Trastornos del Espectro Autista ( TEA ) y los Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL) son cuadros diferentes, pero muchas veces en la primera infancia la sintomatología impresiona estar superpuesta, al menos en algunos de los síntomas.

Trastornos del Espectro Autista

Según el DSM V (2013), “Los Trastornos del Espectro Autista  se definen por déficits persistentes en la habilidad para iniciar y sostener una interacción social recíproca, y una comunicación social, con un rango de intereses restringidos, repetitivos y patrones de conducta estereotipados”. Para definirlos, es preciso considerar dos ejes: uno relacionado con la comunicación y la socialización,  y otro con la conducta y los intereses. 

Se denomina “espectro” porque los síntomas tienen un nivel de intensidad variable, con una visión dimensional, a la que se suman aspectos ligados al desempeño intelectual, sensibilidad sensorial y el grado de actividad, en distintos grados de severidad

Según el DSM V, para categorizar las dificultades del espectro autista, se habla de la presencia de dimensiones en las que se describen los siguientes ítems: cociente intelectual que puede oscilar entre la Discapacidad Intelectual severa hasta el rendimiento intelectual superior a la media; el nivel de interacción social que va desde el aislamiento total, hasta el sujeto sociable pero extraño, pasando por el niño pasivo. Por otro lado, se considera el nivel de comunicación, que va desde la ausencia total del lenguaje, hasta el niño fluido con dificultades pragmáticas.  Otro de los puntos  a tener en cuenta  es la  presencia de conductas repetitivas que pueden ser completamente invalidantes hasta algunas de grado leve. Por otro lado, debe considerarse el  nivel de regulación sensorial, es decir la habilidad con la que cuentan las áreas primarias del cerebro para armonizar los estímulos provenientes de los 5 sentidos. Finalmente, dentro de este modelo dimensional , se analiza el nivel de desempeño motor, indetificando la presencia de hipo o hiperactividad.

La prevalencia de esta patología a crecido de manera exponencial en los último 25 años. Según Wing (1993),  la prevalencia de TEA  era de  1-2/1000 en ese entonces, mientras que en la actualidad es de 1-2/100 (CDC, 2016). El TEA es  más frecuente en varones que en mujeres con una proporción de 4,5 a 1.

Trastorno Específico del Lenguaje

 Se define al trastorno específico del lenguaje como “El inicio retrasado y todo desarrollo enlentecido del lenguaje que no puede ser puesto en relación con un déficit sensorial (auditivo) o motor, ni con deficiencia mental, ni con trastornos psicopatológicos, ni con privaciones socioafectivas ni con lesiones o disfunciones cerebrales evidentes” (Bishop y Leonard, 2001)

El TEL es una entidad clínica de gran variabilidad, no hay dos niños iguales con TEL. Los síntomas varían a lo largo del tiempo y un mismo niño que inicia con ausencia total del lenguaje, puedo evolucionar luego a un cuadro en el que los síntomas principales afectan a la forma del lenguaje, para luego superarlos y fallar en otros planos de otra profundidad como aquellos que ayudan a construir la lógica. El TEL afecta al 7% de la población infantil y al igual que en el TEA es más frecuente en varones que en niñas con una proporción de 4 a 1.

Perfiles linguisticos de ambos cuadros

TEA
En los niños con TEA, se encuentran primariamente alterados los mecanismos de comunicación preverbal y la comprensión.  Tienen poca comprensión de gestos. En muchos casos está más alterada la comprensión que la expresión. 

Charman ( 2004) , demostró que si los niños de desarrollo típico tienen que comprender alrededor de 200 palabras para producir 45, los niños con TEA recién llegan a comprender esa cantidad cuando pueden producir 126. Es decir que proporcionalmente su capacidad comprensiva es mucho menor

Tager y Flushberg (2005),  mencionan las siguientes características linguisticas en TEA:

a- La articulación y la sintaxis suelen estar poco afectadas

b- Se producen algunos errores morfológicos como omisión de artículos o errores en los marcadores del pasado

c- Hacen uso de las palabras suele ser idiosincrático, pedante o excesivamente concreto

d- Es común la inversión pronominal en los niños más pequeños y los más afectados

TEL
En los TEL, generalmente, los mecanismos preverbales se hallan preservados , haciendo que los niños busquen comunicarse de todos modos a partir de gestos y señalamientos de manera espontánea

Presentan mejor comprensión de intenciones y de situaciones y muestran marcada

afectación de los aspectos estructurales del lenguaje. Tienen mayor compromiso de la sintaxis y la articulación. Según Gray (2003), pacientes con TEL de 4 o 5 años requieren una media de 27 ensayos para comprender una palabra nueva, y alrededor de 49 para producirla.

Puntos en común entre ambos cuadros

A la hora del diagnóstico, y especialmente en niños pequeños algunos síntomas pueden solaparse y confundir las características del cuadro. 

Por ejemplo, según Sanz Torrent y Barrachina (2013), mencionan que  los niños pequeños con TEL muestran estos marcadores a nivel prelinguistico:

· Dificultad en el sostenimiento de la mirada y el contacto visual

· Dificutad para establecer la atención conjunta con el adulto

· Uso del gesto en lugar de la palabra para conseguir lo deseado

· Menor cantidad de balbuceo complejo con menor número de consonantes

De estos cuatro síntomas, los  dos primeros son comunes tanto a TEA como a TEL.

En un estudio publicado por Grañana y Maggio (2013), en el que se describen los perfiles conductuales de niños con TEL, se detectan como síntomas salientes la presencia de conductas de aislamiento y de inflexibilidad en casi el 80% de los niños diagnosticados con trastornos mixtos del lenguaje. Curiosamente estos síntomas conductuales son también prototípicos de los niños con TEA.

En los años 90´una serie de estudios de concentración familiar sugirieron una relación genética entre vulnerabilidad al autismo y a las distintas alteraciones del desarrollo del lenguaje (Fombonne, Bolton, Prior, Jordan y Rutter, 1997).

También comenzaron a describirse mecanismos neurobiológicos compartidos por ambos trastornos ( De Fossé, Hodge, Makris, Kennedy, Caviness, Mc Grath, 2004).

El estudio Nuffield (2006) realizado a lo largo de 10 años en Inglaterra, analizó la evolución de más de 240 niños diagnosticados con TEL a lo largo del tiempo y a través de él se pudo comprobar que en la adolescencia, un tercio de los niños diagnosticados con TEL al inicio,  presentaban un rendimiento cognitivo compatible con una Discapacidad Intelectual Leve y un 24% de la misma muestra arrojaba resultados positivos en el test de ADOS ( test para diagnostico de autismo). Esto indica que la falta de desarrollo del lenguaje condiciona la evolución intelectual y socioafectiva de al menos una parte de los niños diagnosticados con TEL.

Howlin, Mawhood y Rutter (2000), hicieron el seguimiento de un estudio realizado inicialmente por Bartak (1975), cuando la mayoría de los participantes superaba los 20 años de edad. Este estudio se compuso de personas con TEA y otras con TEL.

Ambos grupos seguían siendo diferentes en cuanto a las habilidades estructurales del lenguaje y al uso comunicativo del mismo, aunque el nivel de solapamiento era levemente superior que al principio. Algunas personas con TEL tenían más problemas sociales que al comienzo y tenían menos habilidad para iniciar y sostener conversaciones. De todos modos los TEA seguían teniendo más limitaciones que los TEL.

 

Bibliografia

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Colegio de Fonoaudiologos de Rosario